Nuestros Maestros

Lic. Leobino Zavala Camarena
       

Leobino Zavala nació en Uriangato, Guanajuato, en 1887.

Hijo de Braulio Zavala, a quien se le atribuye la autoría de la Canción “Allá en el Rancho Grande”, la cual serviría de inspiración para la realización de la afamada película, del mismo nombre.

Sus primeros estudios los realizó en Uriangato, para luego continuarlos en Acámbaro y concluirlos en Dolores Hidalgo. Estudió Derecho en el Colegio de Guanajuato, hoy Universidad de Guanajuato, donde se graduó como abogado en 1910.

Fue notario público en San Miguel de Allende.

Impartió clases en el Colegio del Estado y también en la Escuela Normal para Señoritas.

El 10 de febrero de 1930 fundó la Escuela Secundaria Comercial de Enfermería y Obstetricia, (hoy en su honor Escuela Secundaria Oficial Estatal “Lic. Leobino Zavala C.”),  con la finalidad de que San Miguel de Allende tuviese un centro de enseñanza media.

Con el tiempo Leobino Zavala ocupó los cargos de diputado federal en la XXVII legislatura en México, y más tarde diputado estatal de la XXXVI legislatura de Guanajuato.

Don Leobino Zavala contrajo matrimonio con la Sra. Guadalupe Vallejo. Sus hijas fueron Lupita y Helenita,  y sus hijos, Leobino, Roberto y José.
Al lado del cantante José Mojica, Sterling Dickinson y el Dr. Felipe Cossío del Pomar fundan en 1936 la sociedad: “Amigos de San Miguel” que tiene como finalidad promover turísticamente a nuestra ciudad y preservar el tesoro artístico que tiene. Este grupo trae a esta ciudad una gran cantidad de artistas que actúan en el teatro “Ángela Peralta”, como: Tata Nacho, Juan Arvizu, Miguelito Prado y Mario Moreno “Cantinflas”.
 En 1950 publica el libro “Poesías”, Margarito Ledesma (humorista involuntario) que lleva más de veinte ediciones. También es autor del libro: “Leyendas y Tradiciones” (obra póstuma) y “Disparates y Porquerías” (inédita).
El Diccionario de Escritores Mexicanos, editado por la UNAM, dice de Leobino Zavala que se ha convertido en “un poeta de culto”; aunque desdeñado por parte de la crítica literaria, ha sido reconocido por escritores como José Luis Martínez, José Emilio Pacheco y Juan Domingo Argüelles. De sus poemas se menciona que “concilian el humor, la comicidad y la caricatura con la mordaz crítica social, que no ha perdido vigencia a pesar de más de medio siglo de haber sido escritos”.
Leobino Zavala Camarena negó siempre haber sido el autor de los poemas de Margarito Ledesma. Cuenta que allá por 1910 recibió el encargo de publicar el manuscrito, mismo que guardó sin leer y permaneció arrumbado durante muchos años, hasta cierta ocasión en que los leyó por curiosidad y la magia poética de Margarito lo convenció no solamente de cumplir con el encargo, sino también de intentar descubrir al misterioso autor de tan extraños poemas.
Aunque afirma que el libro de poesías de Margarito Ledesma fue publicado en 1920, la primera edición no se realizó sino hasta 1950, con prólogo del propio Zavala.
Luego del fallecimiento de Leobino Zavala el libro de Margarito Ledesma se volvió prácticamente imposible de adquirir hasta que en 1999 el escritor guerrerense Óscar Cortés Tapia seleccionó y prologó una antología de poemas titulada “Su inútil servidor, Margarito Ledesma”, publicada por la Universidad de Guanajuato.
El Lic. Leobino Zavala Camarena muere en San Miguel de Allende, Gto., el 27 de diciembre de 1974.

El licenciado, a final de cuentas, además de satisfacer su demonio o su ángel lírico-humorístico, había creado un personaje con un específico modo de ser, de ver el mundo y de ejercer, mediante la métrica y la rima, una inocencia que, involuntariamente por su parte, pero voluntariamente desde su creador, es decir el licenciado Zavala, se caricaturizaba en un modo de ver el mundo concentrado en la (digamos) maqueta de Chamacuero, un pequeño lugar en la vasta topografía mexicana…

A continuación un artículo sobre Margarito Ledesma, aparecido en la Revista Hispano-Americana "NORTE", Año XXXVIII, septiembre-octubre, Núm. 219:
"Entre los más brillantes escritores mexicanos del presente siglo, brilla con refulgentes luces el poeta Margarito Ledesma -humorista involuntario como se llama a sí mismo, cuyos poemas han recorrido el mundo. El primero de sus libros -y decimos el primero, porque esperamos más de él-, lleva ya doce o trece ediciones y se cuenta que el Papa Pío XII lo tenía entre sus libros de cabecera. `
Margarito dice haber nacido en Comonfort, Guanajuato, antes Chamacuero, que está a la vera del río de La Laja, que riega sus huertas y las inunda, según corra pacífico o crecido y contribuye a la gran cosecha de limas que le han dado fama. Por ello dice Ledesma que Chamacuero es la "ciudad más limítrofe de Guanajuato"; por ello, también, suspira por Chamacuero y lo canta en sus versos y gusta de las limas como su fruta predilecta.
Pero ¡ay! que no hay tal Margarito, ni tal Ledesma y que nuestro personaje dista mucho de ser un humorista "involuntario". Humorista sí que lo es, pero voluntaria y talentosamente.
En efecto: así como Cide Hamete Benengeli encondía en el Quijote el nombre de don Miguel de Cervantes Saavedra, así Margarito Ledesma encubre el del señor licenciado don Leobino Zavala, gran escritor, gran poeta y gran humorista, del que esperamos todavía muchos y muy sabrosos versos, sí que también unas leyendas sobre San Miguel de Allende que tiene ofrecidas y que no acaba de resolverse a publicar.
        
Para los lectores de NORTE que no conocen la obra del señor licenciado Zavala, van aquí unas cuantas poesías de Ledesma, es decir, del talentoso abogado guanajuatense y que, seguramente les han de gustar; para quienes ya han leído alguna cosa suya, les será grato recordar lo que aquí estampamos. Y dicho esto, leamos al poeta de Chamacuero o de San Miguel de Allende."